Foto cortesia de Bejuma.com
Mi
sentimiento por Chirgua
Hay días en que amanecemos
sentimentalmente inclinados en la añoranza de nuestro pasado, y se acentúa mas
cuando añoramos las vivencias en el
pueblo que hemos nacido y en el cuál nos criamos; Se nos hace imposible evitar
la tristeza y nos despierta el deseo inmenso de regresar el tiempo para
experimentar de nuevo todas aquellas vivencias que marcaron nuestras vidas. En
lo personal, se ha vuelto cotidiano ese deseo de vivir nuevamente esos momentos
en los cuando, nuestros sueños estaban plasmados en el futuro y como así es la
vida: ya vivido nuestro futuro y viviendo el presente, nuestro futuro de aquel
entonces ya es pasado y el pasado de ese futuro ya vivido, es el que nos
embarga hoy. Es algo parecido a la felicidad que en algún momento tocó nuestra
vida. Gabriel García Márquez dice algo parecido a esto: “La felicidad no
existe, solo llega por un momento y cuando nos damos cuenta ya ha pasado”. Este
tipo de reflexión la hago, dado que, considero que cuando cultivamos un
sentimiento cargado de amor hacia nuestro pueblo natal y no tenemos la fortuna
por cualquier causa de habitar en el fluyen sentimientos encontrados que nos
ponen a pensar algunas veces con corazón quebrantado, esta es una experiencia
que padecemos a diario los que llevamos a Chirgua en el corazón y que por
razones ajenas a nuestra voluntad solo tenemos que conformarnos con visitarla
eventualmente. No se quien mas, pero lo cierto que en lo personal, al avizorar
este hermoso valle después de pasar las cumbres de Batatal sentido Valencia
Bejuma, se aflora el mismo sentimiento de Pérez Bonalde que describe en su
obra: “Vuelta a la Patria”, justo cuando desde el barco donde viajaba de
regreso a Venezuela pudo divisar el paisaje de las costas del litoral cerca de
La Guaira. Una gran sensación, indescriptible con mi limitado verbo, eso si,
cargado de sentimiento, sinceridad y amor por mi Chirgua querido.
A ti, mi Chirgua querido,
A ti, vá mi inspiración,
A ti, mi valle del alma,
tierra consentida,
Con el corazón…
Jacinto A. Brito C
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