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domingo, 17 de julio de 2011

Aquellas rancheras en Chirgua.

Una sensación de añoranza me embarga, al recordar aquellos años finales de los 60`s y principio de los 70`s, cuando existían botiquines y patios de bolas en casi todos los rincones de Chirgua, los cuales representaban el lugar adecuado de diversión y distracción del chirgueño; Siendo los de mayor renombre: el retoño que aun persiste, los mangos, el botiquín de Antonio Mendoza y el de Raimundo, todos estos ubicados en La Colonia. el botiquin de Simon Parra en Los ranchos, en La Paredeña los botiquines de Juan Mercado, el de Victor Escobar (medio pelao), y el mas nuevo el de Julian Brito, conocido como el botiquín de Julian. En La Alcabala nueva, existía uno con un nombre muy particular: "ME 105RAZON", propiedad de Ramon Torres y frente a este funcionaba el botiquin de Justino; mas adelante en el Caracaro, Jesus Maria Parra tenia también su negocio establecido y en el sector de La Alcabala vieja el botiquín de Musiú Juan, siguiendo la ruta hacia Caiaprima antes de llegar al Leon Ines Rodriguez tenia su botiquín desaparecid su estructura física, ya en Cariaprima, los botiquines de Martin Ochoa, Mario Beltran y al final el conocido botiquín de Goyo. En cada uno de estos sitios se hallaban  las conocidas rockolas en la cual se escuchaban rancheras entonadas por cantantes famosos, de donde se diferenciaban: Pedro Infante, Antonio Aguilar, Jorge Negrete, Las Hermanas Calles, entre otros, que deleitaban a los que frecuentaban esos sitios y a los que circundábamos las cecanias de los mismos. Representaba la ranchera mejicana para el chirgueño, algo asi como parte de su idiosincrasia, ya que nos identificaba con las vivencias cantadas en ellas y estas eran inspiración para enamorarnos, dado que las serenatas formaban parte de nuestro accionar  en el amor, cuantos contemporáneos conmigo no llevaron serenatas a sus amores, bien sean reales o platónicos o cuantas de mis paisanas de esa época no les llevaron rancheras a sus ventanas para demostrar el amor jurado por algún pretendiente; y mas aun cuantos no lloraron al pie de la rockola despues de un rompimiento amoroso, un desengaño o una traición.Aquellas rancheras en Chirgua, representaban lo que hoy es el reegueton por nuestros jóvenes, con la diferencia, que ests están cargadas de sentimiento y digo están porque aun persisten en nuestros corazones. Confieso que en mas de un oportunidad me achicopaló con mas de una ranchera por el desengaño de algún amor. Ahora, quien no?.Chirgua, mantener nuestros recuerdos es sano y nos permite añorar aquellos años que no volverán y marcaron nuestra existencia y nuestro amor a ese lindo valle, amemos cada dia mas nuestro pueblo, se merece mas de lo que le damos, animémonos y vamos a crear ideas en función del desarrollo integral de nuestro pueblo, Chirgua lo necesita.